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viernes, 15 de agosto de 2025

BRASIL FUERA DEL MAPA DEL HAMBRE: ¿LOGRO REAL O NARRATIVA POLÍTICA? - LÍVIA MARTINS

 

BRASIL FUERA DEL MAPA DEL HAMBRE:

 ¿LOGRO REAL O NARRATIVA POLÍTICA?

 

 


 La reciente declaración del presidente Lula, celebrando la salida de Brasil del Mapa del Hambre de la ONU, ha reavivado los debates sobre la seguridad alimentaria, las políticas públicas y el uso político de los logros sociales. Según el informe de la FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el país registró menos del 2,5% de la población en situación de desnutrición entre 2022 y 2024, lo que técnicamente lo elimina de la lista de naciones con hambre estructural.

 

Los datos detrás del anuncio

El informe "El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2025" muestra que Brasil redujo la inseguridad alimentaria grave del 6,6% (2021-2023) al 3,4% (2022-2024).

Casi 7 millones de personas han salido de esta condición, según la FAO.

Los ingresos laborales de los más pobres crecieron 10,7% en 2024, y el 98,8% de los empleos formales creados fueron ocupados por inscritos en el Registro Único.

Estas cifras indican avances concretos, especialmente después del retroceso registrado entre 2019 y 2021, cuando el país volvió al Mapa del Hambre con un 4,1% de la población desnutrida.

 

Retórica presidencial: emoción y polarización

Lula no solo celebró la hazaña, sino que la usó como símbolo de su visión política. En un discurso, dijo que "cada vez más, me volveré más izquierdista, más socialista" y criticó la "cultura del pago de intereses" que, según él, limita la lucha contra la desigualdad. La frase "en un gobierno que tiene a la gente muriendo de hambre, tienen que decapitar al presidente" causó controversia, revelando el tono emocional y provocador del pronunciamiento.

 

Análisis crítico: entre el mérito y el oportunismo

Aunque los datos apoyan la salida del Mapa del Hambre, es legítimo cuestionar:

La sostenibilidad de la conquista: El hambre en Brasil ha sido cíclica. El país ya había abandonado el Mapa en 2014, pero regresó en 2022. El reto es conseguir que esta mejora no sea solo coyuntural.

 

La politización del hambre: Al vincular el éxito a su ideología, Lula corre el riesgo de transformar un logro colectivo en capital político personal.

La invisibilidad de las vulnerabilidades urbanas: Más de la mitad de los hogares con inseguridad alimentaria severa viven en ciudades con más de 100.000 habitantes. El hambre urbana requiere políticas específicas que vayan más allá de la retórica.

 

Proceder con precaución

La salida del Mapa del Hambre es una victoria que debe celebrarse, pero no romantizarse. Brasil aún enfrenta profundos desafíos en seguridad alimentaria, desigualdad e inclusión productiva. El mérito existe, pero el discurso debe ir acompañado de un compromiso duradero, transparencia y menos polarización.

 

LÍVIA MARTINS

 Desde Brasil Comunicadora Social

 

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