RADIO EL CLUB DE LA PLUMA

lunes, 20 de marzo de 2017

HASTA LAS MANOS…


HASTA LAS MANOS…

 Tal vez no sea sólo hasta las manos, tal vez sea más “profundo”. Lo cierto es que no sólo nos han robado las instituciones y la democracia, sino que nos están endeudando, a pasos acelerados, por más de tres generaciones.
Estos personajescos, usurpadores del estado, están haciendo tiempo récord en la destrucción que llevó casi una década en la era menemista.
No pierden ni un instante en desarrollar su estrategia de entrega y sometimiento al poder global. Ni hay quien les ponga un límite. No hay nadie que se imponga para frenar tanta entrega, de la que no alcanzarán doce años para recuperarnos. No, ni los supuestos líderes, referentes, ni la militancia, ni esa parte del pueblo afectado directamente se enfrentan a esta masacre institucional que no pocos estamos padeciendo.

 Por lo general nadie asume que podrá padecer algo, hasta que le sucede. Es como una regla general. Y lo que en estos tiempos se está padeciendo, a pesar de las alertas y los señalamientos para advertir lo que se habría de producir, fue ignorado por propios y extraños.
Por más elecciones que se produzcan, será tarde para rescatar indemne todo lo enajenado.  No sólo nos referimos a las riquezas, bienes, derechos y garantías. Nos referimos también a esas posibilidades de soñar y construir alternativas posibles de una mejor sociedad, más sana y más abarcadora. Pero parece que no tuvimos, o el suficiente tiempo o las necesarias estrategias para alcanzar esa solidez, tanto estructural como humana.
A veces se justifica con eso de la correlación de fuerza, que no son los tiempos, que no están dadas las condiciones, etc., etc. Lo cierto es que estamos hasta las manos, o más.
……………………………………………………………..
 Lo anterior fue escrito en un momento donde no se visualizaba suficientemente el malestar que se estaba instalando en las fibras de la sociedad. Los últimos renglones marcaban el desencanto que en muchos se estaba manifestando por la no respuesta ante los atropellos de un ejecutivo vendepatria y cipayo, amparado y protegido por una corporación judicial mafiosa y los siempre “atentos” monopolios de desinformación.

El clima está cambiando, las reacciones y las acciones están cambiando, el hartazgo se está manifestando, cada vez, con mayor virulencia. Ya no se está especulando en qué o quienes habrán de quedar en el camino del accionar popular… Porque los tiempos se agotan, como la paciencia…

 Somos testigos de cómo se va desmoronando el andamiaje delictivo que han pretendido institucionalizar, cayendo no solo quienes desfachatadamente se pavonean demostrando una impunidad obscena, sino que hasta medios y funcionarios ven imposibilitada toda oportunidad para intentar justificar la innumerable cantidad de delitos y acciones incompatibles con sus funciones.

“…Y los grandes propietarios, los deben ser desposeídos de su tierra por un cataclismo, los grandes propietarios con acceso a la historia, con ojos para leer la historia y conocer el gran hecho: cuando la propiedad se acumula en unas pocas manos, acaba por serles arrebatada. Y el hecho que siempre acompaña: cuando hay una mayoría de gente que tiene hambre y frío, tomará por la fuerza lo que necesita. Y el pequeño hecho evidente que se repite a lo largo de la historia: el único resultado de la represión es el fortalecimiento y la unión de los reprimidos…” (1)

 Especulábamos sobre esa demora de un accionar popular que reflejase la lamentable situación a la que llegamos en tan poco tiempo, luego de la denominada “década ganada”. Por esa razón sentíamos que en realidad estábamos, estamos hasta las manos. Porque desde la guerra de los símbolos en la que pretenden imponer la supina ignorancia que los caracteriza, su detestable estrategia por destruir las imágenes que representan la voluntad y el fervor popular, hasta los niveles acelerados de desocupación, destrucción del aparato productivo nacional, el escalofriante como genocida nivel de endeudamiento, las persecuciones y hostigamientos, tanto a militantes como a ex funcionarios;  parecía que todo ello no alcanzaba para el despertar de las consciencias y las demostraciones de descontento social.

 Nos habíamos quedado con frases, slogans, consignas y algunos cantos; pero ello no fue suficiente. Discutimos, tanto en las calles como en las redes las enormes diferencias que hemos podido comprobar entre las administraciones precedentes y la actual.
Destacábamos que en la década ganada los logros a nivel educativo superaron en mucho lo que durante décadas se fue destruyendo, porque desde el lamentable menemato, donde se perdió el control de las escuelas, donde se privilegió que un arquitecto sin laburo pase a dar clases de matemáticas, o un biólogo desocupado pase a dar clases de biología sin ninguna formación pedagógica...en la década ganada todo eso se fue revirtiendo...
Pero seguro a muchos los fue "nutre" clarin, cadena 3, y toda esa caterva desinformativa, que formatea muy mal las consciencias y las acciones... Y afirmábamos que sí, fue una década ganada, porque muchos pibes, muchas pibas, retornaron a las aulas, recuperaron su derecho a la formación, fueron sacados de las calles para aprender y darse cuenta de cómo forjar un futuro... Y se les dio una alternativa superadora a la de terminar inhalando fana o limpiando vidrios.

 Que estamos aún hasta las manos, bueno, suponemos que nadie puede ponerlo en duda. Primero, habrá que retomar el control de nuestros destinos, revisar y estudiar con detenimiento todo lo actuado y barajar las posibilidades de recuperar el camino que se frenó el 9 de diciembre del 2015. Pero también habrá que revisar y considerar lo actuado, tanto en la década ganada como en los tiempos que prosiguieron, para, por un lado, quitarnos el lastre de aquellos personajescos políticos, sindicales, judiciales, comunicacionales, que en nada han contribuido para recuperar la Patria.  Y por el otro lado, repensar la formación de cuadros y militancia, haciendo pie en la cuestión teórica para que se pueda comprender, por ejemplo, no sólo en la acción aquello de que “la Patria es el otro”.
Al respecto, puntualmente, alguna vez sostuvimos que esa consigna habría que reformularla, porque el mirar la Patria en el “otro”, pareciera que nos despega a nosotros de Ella y de ese “otro”. Consideramos que la Patria “somos nosotros”, un todo, un solo cuerpo y que, como tal, vamos respondiendo ante cada necesidad, cada urgencia de ese cuerpo.

 Muchos sueños se nos quedaron atragantados en la desesperanza, mucho futuro pareció discurrir entre la marea desafortunada de la desmoralización y el dolor, muchos temblores entre las manos nos impulsaron desde la impotencia a la rabia, a esa tentación de no terminar consumiendo las injustas uvas de la ira.
Porque tenemos un límite, tenemos una cuota de paciencia, tenemos un momento en que nos detenemos a mirar lo que nos está ocurriendo, y comenzamos a actuar en consecuencia, más allá de las consecuencias. Porque llega un momento en que no se puede calcular rédito alguno, cuando está en juego nuestro derecho a la existencia.

 Y si bien pareciera que la historia, a lo largo del tiempo, se va repitiendo, reiterando la desidia y la miserabilidad, los pueblos aprenden de sus dolores no sólo a reponerse, sino también a plantear estrategias que los alejen de inciertos futuros y presentes nefastos.

 Aún estamos hasta las manos, no caben dudas, pero suponemos que, cuando se estén considerando estas líneas que intentamos plasmar y compartir, el panorama habrá cambiado de manera considerable y más optimista.
Anhelamos que como pueblo volvamos a tomar el control de nuestro destino, y recuperemos, no sólo la esperanza, sino la fuerza suficiente para alcanzar los que en algún momento nos propusimos: La Patria Grande, unida, independiente y liberada.

 Que así sea.




NORBERTO GANCI –DIRECTOR- 
El Club de la Pluma
elclubdelapluma@gmail.com –elclubdelapluma@hotmail.com
http://.elclubdelapluma.wordpress.com
DOMINGOS DESDE LAS 10 HS.
POR FM 103.9 RADIO INÉDITA

Notas, Referencias y Material Consultado
  
1 – John Steinbeck – “Las Uvas de la Ira” – Capítulo 19 Pag. 347 – Colección Premios Nobel – Editorial Planeta